Por Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar
os valles de Mexicali e Imperial son el resultado de la acción de miles de años del río
Colorado, el cual ha hecho fértiles estas tierras gracias a la gran cantidad de limos que arrastra a lo largo de su recorrido,
y que deposita en el fondo de la cuenca.
El Colorado se originó en el periodo cretácico de la era mesozoica, hace unos 135 millones
de años. Durante un tiempo este río y el Gila estuvieron descargando sus aguas en la parte sur del lago Cahuilla. Pero el
constante asolvamiento producido durante miles de siglos provocó que se formara una barrera en el lecho marino, desde donde
se encuentra Los Algodones hasta Cerro Prieto. El lago quedó de esa manera aislado del resto del mar y terminó por evaporarse.
El Colorado nace en los deshielos de las montañas Rocallosas, en el estado de Wyoming (EUA); su caudal se acrecienta por intensas precipitaciones además del agua que recibe de otros
afluentes surgidos en la misma cordillera. Es la llamada cuenca superior del río.
La cuenca inferior se inicia en el Gran Cañón del Colorado. Posteriormente, el río se
alimenta con la corriente del Gila y en ese punto se inicia el cono de deyección. Esta parte de la cuenca cruza los estados
de Arizona, principalmente, parte de Nuevo México y parte de Nevada.
Desde su nacimiento hasta su desembocadura, el Colorado tiene una longitud aproximada
de 2,250 kilómetros. Antes de que México perdiera la mitad de su territorio en 1848, el río y sus afluentes quedaban dentro
de las fronteras mexicanas. A partir del Tratado de La Mesilla, el Colorado corre por México sólo en sus últimos 160 kilómetros,
29 de los cuales corresponden al tramo limítrofe internacional.
En el delta (donde se encuentra el Valle de Mexicali) hay una gran cresta que divide
dos vertientes con declives desiguales: una hacia el golfo y otra –la de mayor desnivel– hacia el mar de Salton.
De esta forma, el río en ocasiones desembocaba en dicho mar, cuando su cauce hacia el sur le resultaba pequeño.
El delta del Colorado comprende una superficie aproximada de unos 8,600 kilómetros cuadrados,
cubierta toda ella por los detritos que ha acarreado el río. Tiene su punto más alto en la presa Morelos, a 35 metros sobre
el nivel del mar, y el más bajo en el fondo del Salton, con setenta metros bajo el nivel del mar.
La forma del delta es la de una gran T invertida: su tronco se inclina al surponiente,
de Yuma hacia la sierra Cucapá; su brazo lateral derecho se dirige hacia el norte, al Salton; su brazo izquierdo va hacia
el suroriente, pero se divide a su vez antes de llegar al golfo, bordeando la sierra de El Mayor hasta llegar a la laguna
Salada.
A fines del siglo pasado, el curso del río era el más directo hacia el golfo, cerca de
las mesas arenosas del este, con dirección general de norte a sur y muy ligeramente al poniente. En este lugar se le conocía
como Riíto.
Como a cinco o seis kilómetros al sur de Los Algodones se separaba el primer río distribuidor
del delta, el Álamo. Su curso era primero un poco al surponiente y después al norponiente; llegaba a unos once kilómetros
del Mexicali actual y ahí su agua se distribuía a los canales artificiales del Valle Imperial por medio de la represa Sharp.
El agua sobrante seguía hacia el norte por el mismo Álamo, al toparse con las mesas arenosas de la línea, y desembocaba en
el Salton.
Más al sur estaba el río de las Abejas, por donde había corrido el agua del Colorado
desde 1911, abandonando su antiguo cauce. Este ramal corría hacia la laguna de los Volcanes, al llegar a la cual formaba un
pequeño delta.
El delta inferior del Colorado está delimitado al este por la extensa mesa arenosa de
San Luis, que forma parte de la mesa de Sonora y que en las proximidades del golfo de California toma el nombre de Santa Clara.
Al nororiente se encuentra la llamada mesa Arenosa, conocida también como la de Andrade –pero no la mesa de Andrade
que se encuentra al suroriente–. Bordeando el Valle Imperial se encuentra la mesa Este.
La laguna de los Volcanes debe su nombre a las pequeñas afloraciones de lodo hirviente
que aparecen en sus cercanías. Se encuentra al oriente de Cerro Prieto y hoy en día está azolvada casi por completo.
Climáticamente, el delta es un semidesierto, prolongación natural del de Sonora, con
alta sequedad en el ambiente y elevadas temperaturas en el verano, como consecuencia de la acción de los vientos desprovistos
de humedad que pegan en la región. La precipitación pluvial es apenas superior a los cinco centímetros anuales.
El río Colorado bajaba a su desembocadura bordeando la mesa de San Luis, a partir de
donde deja de ser punto limítrofe entre Baja California y Arizona. Formaba una gran laguna frente al promontorio donde existió
la antigua colonia Lerdo, pero ésta se azolvó y a partir de 1908 el cauce debió desviarse y correr entre las mesas de Andrade
y de San Luis. Se le conoció entonces como Riíto Salado o arroyo de Santa Clara y desembocaba en el golfo cerca del punto
llamado Santa Isabel.
Este cauce fue abandonado por el Colorado al azolvarse, un año después; el agua corrió
entonces por el río de las Abejas.
En el estuario las mareas del golfo revestían su máxima intensidad y obligaban a la corriente
del río a retroceder hasta aguas arriba de El Mayor, penetrando el mar a los cauces más profundos e inundando las tierras
adyacentes.
Los Algodones
El actual poblado de Los Algodones –cuyo nombre seguramente se debe a que en sus
alrededores el algodón crecía en forma silvestre– es el asentamiento humano más antiguo del Valle de Mexicali; estaba
ocupado ya en 1827, cuando residía en el lugar una persona de nombre José Antonio Moreno.
En sus inicios sirvió como posta de ganado para las personas que viajaban entre Sonora
y California.
En 1859 se otorgaron once sitios de ganado mayor en ese lugar, a favor de José Antonio
Moreno, Peperión Gabriel Villarino y Pedro Villarino. En 1878 Thomas Blythe compró el rancho a José Antonio Altamirano, quien
lo había adquirido anteriormente de las tres personas mencionadas.
Cuando se percató de la importancia estratégica de este lugar para las futuras obras
de canalización, don Guillermo Andrade compró en 1896 el rancho de Los Algodones, directamente al gobierno de la República,
pues el fisco había quedado como heredero a la muerte del señor Blythe.
Ocho años más tarde, los terrenos fueron adquiridos por la Colorado River Land Company.
Según el “padrón de votantes para las elecciones municipales”, para 1901
Los Algodones tenía 69 habitantes del sexo masculino. Durante los trabajos de construcción de las primeras obras de irrigación,
el rancho quedó casi despoblado, ya que sus escasos moradores se decidieron buscar mejor su sustento en las obras y los nacientes
campos de cultivo.
En 1904, el gobierno mexicano firmó un contrato con el ferrocarril Southern Pacific,
para que se construyera una vía férrea entre Mexicali y Los Algodones. A dicho ferrocarril se le conoció como Inter-California.
Popularmente la gente lo llamaba El Chinero, debido a que la mayoría de sus usuarios
eran de origen chino; después de la Segunda Guerra Mundial se le conoció como El Pachuco.
Sin embargo, con el establecimiento de las carreteras en el valle disminuyó la actividad
en este tren, por lo que el servicio se suspendió en 1959.
Por ser un poblado fronterizo, Los Algodones es visitado regularmente por el turista
extranjero. Muy conocidos son los llamados pájaros de la nieve, es decir, personas
de la tercera edad que cada invierno buscan en este lugar un clima más agradable.
Canal Álamo
La fertilidad del llamado Desierto del Colorado (valles de Imperial y de Mexicali) fue
señalada por varios exploradores desde el siglo pasado. El doctor Oliver Meredith Wozencraft, agente en asuntos indígenas
del gobierno estadounidense, solicitó a las autoridades de su país una extensa apropiación de tierras para promover la construcción
de canales de riego que permitieran el cultivo, utilizando agua del Colorado gracias al desnivel del terreno. Sin embargo,
la respuesta demoró y él falleció sin obtenerla.
Años después Charles Robinson Rockwood retomó la idea de Wozencraft y estudió el régimen
del Colorado: cuando el cauce del río resultaba insuficiente para contener sus avenidas, el agua irrumpía por el canal Álamo
y corría hasta el mar de Salton. El estadounidense fundó entonces la California Development Company, con el fin de poder llevar
a cabo los trabajos de cultivo de los valles.
Pero entre el río y las tierras que se pretendía regar existe una mesa arenosa, por lo
que resultaba necesario construir un canal principal de conducción por el sur de ésta, en territorio mexicano. Para obtener
el permiso del gobierno de México, Rockwood se asoció con don Guillermo Andrade, dueño de 350 mil acres de tierra en la región
fronteriza de Baja California.
A fin de que la compañía de Rockwood pudiera realizar los trabajos en México, Andrade
y ésta crearon la Sociedad de Irrigación y Terrenos de Baja California, en 1898.
El gobierno negó la autorización para las obras; de cualquier manera, éstas siguieron
adelante. Se estableció la bocatoma en Pilot Knob, aguas arriba de Yuma. El canal siguió un curso paralelo al río hasta cruzar
a México; continuó unos seis kilómetros al sur, hasta encontrar el antiguo cauce del Álamo; de ahí siguió un curso aproximado
hacia el oeste, hasta entrar hacia el noroeste en el Valle Imperial. Antes, en la represa Sharp –en el actual poblado
de Compuertas–, el agua se dividía, mitad para México y mitad para Estados Unidos.
El 14 de junio de 1901 el agua entró por primera vez al Valle Imperial. El 2 de mayo
del año siguiente, la Sociedad solicitó a la Secretaría de Fomento una concesión para legalizar la construcción y el uso del
canal del Álamo. La respuesta positiva se dio el 17 de mayo de 1904, cuando se concedió un contrato concesión que autorizaba
el uso del canal con la condición de que se entregara a México la mitad del agua.
Estos trabajos de construcción atrajeron gente que procedía del sur del distrito, sobre
todo de antiguos minerales cuya riqueza ya había desaparecido (El Álamo, Real del Castillo, Santa Clara, Calmallí). Para 1900
en el valle había algunos pequeños ranchos, como Los Algodones, Los Volcanes, el rancho de Santiago Castro y otros, además
de las rancherías cucapás.
Las primeras familias que llegaron para trabajar en las obras de canalización, levantaron
un caserío en un punto cercano a la compuerta Sharp; del lado estadounidense ocurría algo parecido. Pero entonces sobrevino
una corriente torrencial que hizo que el caserío se abandonara sin quedar vestigio alguno. Se pobló entonces la parte occidental
del río Nuevo cercana a la línea divisoria, conocida como El Río.
Presa Morelos
Con el paso del tiempo se fue haciendo necesario reglamentar el uso de las aguas del
Colorado entre los distintos estados por donde corría su cauce, y entre ambos países. Para evitar un desastre como el de las
inundaciones de 1905, se decidió controlar el agua del río por medio de un sistema de presas, con el concurso de todos los
estados involucrados (Wyoming, Utah, Colorado, Nuevo México, Nevada, Arizona y California); al mismo tiempo, California ya
no quería depender del canal Álamo como su proveedor del líquido, pues el trazo de éste por territorio mexicano los dejaba
en una situación vulnerable. Se construyó entonces el canal Todo Americano, por Valle Imperial.
Los estados de la cuenca del Colorado al norte de la línea fronteriza, no estaban de
acuerdo con que México reclamara agua del río, porque nuestro país no aporta nada a la corriente. Para México era urgente
la reglamentación del uso de las aguas del Colorado, pues el Todo Americano desviaba el agua a Imperial en el propio territorio
estadounidense y el Valle de Mexicali quedaba a expensas de los excedentes de dicho canal.
Por fin, después de muchas pláticas y convenios previos, se firmó el Tratado sobre Aguas
Internacionales entre México y Estados Unidos, en la ciudad de Washington, el 3 de febrero de 1944. Se creó la Comisión Internacional
de Límites y Aguas (CILA), para que aplique las cláusulas del tratado y resuelva los conflictos.
Se estableció en el acuerdo que a México se le entregará un volumen de más de 1,800 millones
de metros cúbicos de agua, dotación que puede incrementarse o reducirse de acuerdo con el caudal del río.
En el mismo tratado (artículo 12) se fijó la obligación para México de construir una
presa derivadora que captara el agua correspondiente a nuestro país. Se construyó entonces la presa Morelos a la altura de
Los Algodones, en terreno internacional y con la anuencia del gobierno de los Estados Unidos. Esta presa entró en operaciones
el 8 de noviembre de 1950. Estados Unidos, por su parte, construyó la presa de almacenamiento Davis, para regular la entrega
de agua a México.
El tratado recibió críticas en Estados Unidos, pues se consideró que se había otorgado
a nuestro país más agua de la que en justicia nos correspondía. En México, por el contrario, se clamó que el agua era insuficiente,
pues en realidad el volumen acordado no alcanzaba ni siquiera para regar la superficie de algodonero entonces en explotación;
sin embargo, las autoridades mexicanas consideraron que el tratado era conveniente.
Por fortuna para el Valle de Mexicali, cuando se puso en práctica el tratado aún no terminaban
las obras para el almacenamiento, la distribución y el control de las aguas del río en los Estados Unidos, de modo que al
sur de la línea internacional siguió fluyendo agua, que fue aprovechada por los campesinos mexicanos.
De cualquier manera, para contar con el volumen de líquido suficiente se perforaron pozos
profundos, además de que se levantó un padrón de usuarios que permitiera mayor seguridad en la distribución del agua, funcionamiento
del distrito de riego. (ver Crónica agrícola..., p. 185).
Ferrocarril Intercalifornia
El 6 de mayo de 1904 se firmó un contrato entre la Southern Pacific y el gobierno mexicano,
mediante el cual se concedía permiso para construir una vía férrea de alrededor de 75 kilómetros, de la línea fronteriza de
Mexicali a Los Algodones. La compañía ferrocarrilera había construido una línea de Yuma a Los Ángeles, en 1875, siguiendo
el lindero norte del Valle Imperial.
Una vez iniciada la explotación agrícola en dicho valle, el Southern Pacific construyó
un ramal desde Old Beach (ahora Niland) hasta la naciente ciudad de Imperial, en 1903. En junio del año siguiente la vía llegó
hasta Caléxico. Cruzó la línea internacional por Mexicali, en la estación Araz, y continuó por territorio mexicano, hacia
Yuma.
Sin embargo, con la inundación de 1905 se suspendieron los trabajos en estación Cucapá
(ahora ejido Tamaulipas), pero dos años después los trabajos continuaron. De Los Algodones la vía subió hasta Yuma.
A este ramal, procedente de San Diego, se le conoció como ferrocarril Intercalifornia;
en el Valle de Mexicali al tren mixto que corría diariamente se le llamaba El Chinero
en sus inicios, porque sus usuarios eran chinos en su mayoría. Después de la Segunda Guerra Mundial se le empezó a conocer
como El Pachuco.
Las estaciones en esta ruta por territorio mexicano estaban cercanas a los ranchos, por
lo que el ferrocarril lo utilizaban los trabajadores del campo. Las estaciones eran: Pascualitos, Sesbania, Cucapá, Pólvora,
Hechicera, Bataques, Paredones, Cuervos y Los Algodones.
En agosto de 1909 se estableció una corrida diaria a Yuma y se inició la comunicación
al oeste, hacia Los Ángeles y San Francisco, y al este, hacia Nueva Orleáns.
En 1932 se desprendió un ramal de esta vía, de Pascualitos a Riíto --entonces limítrofe
entre Baja California y Sonora--. El tren levantaba en Riíto los productos de los ranchos del margen derecho del Colorado,
que entonces pertenecían al Territorio Norte de la Baja California.
Posteriormente, el señor Luis B. Sánchez (fundador de la colonia agrícola Nuevo León)
solicitó a la gerencia del Intercalifornia establecer una nueva estación en dicho ramal, a la altura del kilómetro 57, con
el fin de embarcar directamente el trigo que cosechaba. De ahí surgió el poblado Coahuila o Kilómetro 57, como se le conoce
desde 1940.
Cuando se establecieron las carreteras en el valle, el volumen de carga y pasajeros se
redujo; la corrida se efectuaba entonces sólo los miércoles. La última fue el 2 de marzo de 1959. Se levantaron los rieles
y el derecho de vía se vendió a particulares.
BIBLIOGRAFÍA
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SANCHEZ Ramírez, Oscar, Crónica agrícola del Valle de Mexicali, Mexicali, UABC, 1990.
------------- “Vías férreas del Valle de
Mexicali”, en Calafia, revista de la Universidad Autónoma de Baja California,
vol. VII, no. 3, mar. 1993, p. 12
WALTHER Meade, Adalberto, Origen de Mexicali, Mexicali, UABC, 1991.
Texto redactado originalmente para la elaboración de un tríptico informativo. Inédito.
1996.