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Personajes del Asalto a las Tierras

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Colorado River Land Company.- Esta compañía se formó en San Francisco, California, y en 1904 adquirió los derechos para cultivar las tierras del Valle de Mexicali. A su vez, rentaba las tierras a chinos y japoneses, con la obligación de que las prepararan para el cultivo y sembraran algodón. De ese modo, el valle se convirtió en “el rancho algodonero más grande del mundo”. La Colorado era dueña del valle y negaba a los mexicanos el derecho a poseer una parcela, para evitar que crearan derechos. Además, tenía su propia guardia de seguridad, para proteger sus intereses; estos hombres sembraron el terror entre la población durante muchos años, pues fueron capaces de todo con tal de defender a la compañía.

 

Abelardo L. Rodríguez.- Gobernador del Distrito Norte de la Baja California. Cuando un grupo de mexicanos dirigidos por Marcelino Magaña Mejía empezó a luchar por obtener tierras, Rodríguez compró el Rancho Corona –que había sido tomado por los magañistas– a su propietario, un italiano llamado Víctor Carusso. Acto seguido, vendió las tierras a un grupo de mexicanos, y se formaron entonces las primeras colonias de mexicanos, llamadas Progreso y Anexas, al poniente de la ciudad. Corría el año de 1925.

 

Hipólito Rentería.- Dirigente agrario originario del estado de Michoacán, que en 1926 llegó al norte del país para cruzar a los Estados Unidos. Venía huyendo de una persecución, por las protestas que había dirigido en su estado natal para conseguir tierra para los campesinos. Tras unos años de trabajar en el estado de California –tiempo en el cual hizo visitas frecuentes a esta ciudad, percatándose de lo que aquí ocurría con la Colorado River Land Company–, mudó su residencia al valle de Mexicali. Cansado de ver y padecer los malos tratos de que eran objeto los mexicanos en su propia tierra, participó en la organización de la Federación de Comunidades Agrarias, y se convirtió en su primer dirigente. De ese modo le correspondió ser el líder del llamado Asalto a las Tierras, el 27 de enero de 1937. Apresado tras la invasión y recluido en el sótano del Palacio de Gobierno (actual edificio de Rectoría de la UABC), fue liberado junto con otros compañeros suyos, por orden presidencial. Una vez formados los ejidos, fue electo diputado federal. Tras haber servido a los campesinos en ese puesto, regresó al valle de Mexicali, donde se dedicó al cultivo de la tierra hasta su muerte. En su honor, hoy uno de los ejidos lleva su nombre.

 

Hermanos Leonardo, Jeremías, Jesús, José y Sacramento Guillén Rentería.- Llegaron a Mexicali en 1926, en compañía de su primo Hipólito Rentería. Procedían de Puruándiro, Michoacán, y precisamente por problemas agrarios habían tenido que salir de su tierra natal. Permanecieron en Mexicali con la pretensión de reunir dinero y regresar a Michoacán. Cuando el gobierno de Cárdenas obligó a la Colorado River Land Company a que vendiera cinco mil hectáreas, en 1936, los Guillén e Hipólito compraron unos terrenos en la colonia Pacífico. Sin embargo, conscientes de la difícil situación que sufrían los mexicanos en el territorio de la compañía algodonera, se inmiscuyeron en la lucha agraria y terminaron siendo líderes. Leonardo Guillén fue nombrado presidente de la comunidad agraria Melchor Ocampo. Más tarde, una vez ocurrido el Asalto a las Tierras, acudió a entrevistarse con el presidente Cárdenas, a la ciudad de México (en compañía de Filiberto Crespo), para darle cuenta personalmente de la situación que se estaba viviendo aquí. Cuando se formaron los ejidos, los Guillén recibieron parcelas en el Michoacán de Ocampo (pues a los campesinos se les distribuyó según su estado natal). Debieron renunciar a sus tierras de la colonia Pacífico, que quedaron a nombre de sus esposas.

 

Filiberto Crespo.- Nativo de Oaxaca, fue uno de los dirigentes del llamado Asalto a las Tierras. Llegó a Mexicali en 1929 y trabajó algunos años en los ranchos, pizcando junto con jornaleros chinos. Conoció a Hipólito Rentería y decidió unirse a su lucha para obtener tierra propia. Tras el asalto del 27 de enero estuvo a punto de ser detenido, pero logró ocultarse en la cajuela de un carro. Reunidos los dirigentes que no habían sido apresados, se decidió que él y Leonardo Guillén salieran a la ciudad de México, a entrevistarse con el presidente Cárdenas. Allá, el presidente les aseguró su apoyo y dio instrucciones de que se les facilitaran boletos de avión para el regreso. Tras la formación de los ejidos, Crespo fue representante campesino. Posteriormente se fue a vivir a Maneadero, en el municipio de Ensenada; luego a Rosarito y finalmente a Los Mochis, Sinaloa.

 

Lázaro Cárdenas del Río.- General michoacano que ocupó la presidencia de la república de 1934 a 1940. Durante su gestión dio prioridad a atender los graves rezagos de las poblaciones campesina y obrera: fortaleció a los sindicatos en todo el país y puso en práctica una ambiciosa reforma agraria, para que todos los mexicanos pudieran contar con un pedazo de tierra para vivir. Brindó todo su apoyo a los reclamos de tierra de los campesinos del valle de Mexicali: en 1936 obligó a la Colorado River Land Company a que vendiera a mexicanos 5 mil hectáreas de las tierras que arrendaba. Cuando ocurrió el levantamiento del enero de 1937, de inmediato brindó su apoyo: ordenó que los dirigentes apresados fueran puestos en libertad y, tras haber recibido en la ciudad de México a representantes de los campesinos, envió a Mexicali al jefe del Departamento Agrario para que se iniciara el reparto de tierras. Gracias a ese apoyo, tres meses después del Asalto ya se habían formado cuarenta ejidos con cien mil hectáreas, beneficiándose setecientas familias. Desde entonces, Lázaro Cárdenas fue una persona muy querida por los hombres del campo del valle de Mexicali.

 

Campesinos.- Procedentes de diversas partes del país, durante décadas (1904-1937) fueron víctimas de toda clase de abusos en el valle de Mexicali. Las tierras estaban en manos de extranjeros: chinos y japoneses las tenían en arrendamiento con la compañía estadounidense Colorado River Land Company. En esos años la población mexicana era minoritaria en Mexicali y su valle, a grado tal que se sentía extranjera en su propia tierra. Ante cualquier muestra de inconformidad por los malos tratos que recibían, los campesinos eran castigados con dureza –en no pocas ocasiones con la misma muerte– por las guardias blancas de la Colorado, el cuerpo de seguridad de la compañía. Algunas familias campesinas pudieron adquirir tierras, gracias a los apoyos que recibieron de ciertos gobernantes, como el coronel Esteban Cantú y el general Abelardo Rodríguez. Sin embargo, la gran mayoría continuó sufriendo su triste realidad, hasta que –tras organizarse en comunidades agrarias, en 1936– llevaron a cabo el Asalto a las Tierras. Recibieron todo el apoyo del gobierno federal, presidido por el general Lázaro Cárdenas, y en poco tiempo pudieron contar con sus propias tierras, obteniendo también créditos y maquinaria de parte de las autoridades.

 

Guardias blancas.- Cuerpo de seguridad privado de la compañía estadounidense Colorado River Land Company. Fue temida por sus abusos en contra de la población. Incluso, se le adjudicaron muchas muertes y desapariciones.

 

 

Fuentes consultadas:

 

GARDUÑO, Everardo, Voces y ecos de un desierto fértil. Mexicali, UABC, 1991. 

 

SÁNCHEZ Ogás, Yolanda, "Así ocurrió todo. El Asalto a las Tierras, en 1937", en: De por acá. Año 1, número 1, ene-feb de 1994. 

______________ "Hipólito Rentería, la recta vida de un líder", ib.